ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, recibió la Copa Olímpica del Comité Olímpico Internacional (COI) por su trabajo de apoyo a las personas refugiadas y sus comunidades de acogida a través del deporte, así como por su promoción de los valores del movimiento olímpico en todo el mundo. La Copa Olímpica es un premio instituido en 1906 por Pierre de Coubertin, fundador del COI, y padre del movimiento olímpico moderno. Desde entonces, la Copa Olímpica se ha venido concediendo año tras año a distintas organizaciones por su “distinguido servicio al deporte o su contribución con éxito a la promoción de la idea olímpica”.

ACNUR, premiado con la Copa Olímpica por su contribución al deporte

Galardón. Filippo Grandi recibe el galardón que distingue a ACNUR por su labor para con el deporte y las personas refugiadas. Foto: UNHCR/ACNUR/ Christophe Moratal.

Al recibir el galardón, Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dijo: “Este premio es un reconocimiento que quiero compartir con todos mis colegas del mundo cuyos esfuerzos incansables han permitido brindar oportunidades a las personas desplazadas a través del deporte, incluso en las circunstancias más complejas”. En la misma alocución, Grandi hizo una especial referencia a las personas para las que trabaja la Agencia: “Y, por supuesto, es un tributo a las personas y comunidades desplazadas a las que servimos desde ACNUR, quienes son conscientes del poder transformador del deporte y han aprovechado las oportunidades que se les han ofrecido”.

«El deporte literalmente me salvó la vida, así que creo firmemente que todos deberían tener la oportunidad de participar«. Yusra Mardini, nadadora del Equipo Olímpico de Refugiados Río 2016. 

Por su lado, el presidente del COI, Thomas Bach, expresó: “ACNUR ha sido un firme defensor de los valores olímpicos. El compromiso del COI y de todo el movimiento olímpico para apoyar a las personas refugiadas nace de nuestra absoluta confianza en el poder del deporte para hacer del mundo un lugar mejor”. También agregó: “ACNUR comparte nuestra visión del deporte como una fuerza positiva para el mundo. Para las niñas, niños y jóvenes desarraigados por la guerra o la persecución, el deporte es mucho más que una actividad de ocio. Es una oportunidad para sentirse incluidos y protegidos, una oportunidad para sanarse, desarrollarse y crecer”.

El deporte es un pilar fundamental de la misión de ACNUR de proteger y empoderar a las niñas, niños y jóvenes desplazados, así como para promover la inclusión social y fomentar buenas relaciones con las comunidades de acogida. “Los beneficios del deporte no son solo físicos”, opinó Grandi, y agregó: “Fomenta el bienestar físico y mental; el trabajo en equipo; la amistad y el respeto; y facilita la comprensión y las buenas relaciones entre las personas desplazadas por la fuerza y quienes les acogen. La alianza entre ACNUR con el COI, en su esfuerzo por lograr estos objetivos, es efectiva y apreciada”.

Furor olímpico.

Las personas refugiadas de todo el mundo tuvieron una ‘fiebre olímpica’ en 2016 cuando un equipo de diez atletas refugiados participaron en los Juegos de Janeiro, y otros dos compitieron en los Juegos Paralímpicos. Desde entonces, los atletas refugiados han participado en los Juegos Asiáticos de Artes Marciales y de Interior 2017 en Turkmenistán, el Campeonato Mundial de Atletismo en Londres en 2017 y muchos otros eventos a nivel regional, nacional e internacional. Durante la Sesión número 133 del COI en Buenos Aires en 2018, el Comité Olímpico Internacional decidió aprovechar el legado de Río y establecer un segundo Equipo Olímpico de Refugiados del COI para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuya conformación será confirmada en junio. Las disciplinas incluyen atletismo, bádminton, boxeo, ciclismo, judo, karate, rifle de aire, natación, taekwondo, levantamiento de pesas y lucha libre. De esta forma, el COI continúa con su compromiso de participar en el abordaje la crisis mundial de refugiados y de transmitir un mensaje de solidaridad y esperanza a millones de personas refugiadas en todo el mundo.

Yiech Pur Biel, un refugiado de Sudán del Sur que compitió en los 800 metros en Río y que busca una segunda participación olímpica en Tokio, contó su experiencia en el Equipo: “El apoyo que he tenido del ACNUR y el COI a lo largo de los años ha sido increíble. Me ha dado la oportunidad de tener éxito como atleta, me ha llevado a nuevos países y me ha traído nuevos amigos. Como resultado, he cumplido muchos de mis sueños y sigo persiguiendo más. Me encantaría ver a todas las personas refugiadas, niños y niñas, hombres y mujeres, tener la oportunidad de participar en diferentes tipos de deporte, sin importar en qué parte del mundo se encuentren”.

Yusra Mardini, quien también compitió en Río como nadadora y cuyo peligroso viaje como refugiada se conoció en todo el mundo, contó: “El deporte literalmente me salvó la vida, así que creo firmemente que todos deberían tener la oportunidad de participar en algún tipo de deporte. El deporte tiene beneficios que van mucho más allá de la salud: libera tu mente de todas tus preocupaciones, te hace establecer metas personales, te enseña a respetar a los demás y te ayuda a relacionarte con personas no conoces.” Además, hizo referencia a la importancia del trabajo conjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados y el Comité Olímpico Internacional: “Como Embajadora de Buena Voluntad del ACNUR, me encantaría ver a todas las personas refugiadas involucradas en el deporte, y por eso el trabajo del ACNUR y el COI no tiene precio”.

ACNUR, premiado con la Copa Olímpica por su contribución al deporte

Yusra Mardini, nadadora del Equipo Olímpico de atletas refugiados en los Juegos de Río 2016. Foto: UNHCR/ACNUR/ Jordi Matas

La alianza del ACNUR con el COI se remonta a más de un cuarto de siglo. Las dos organizaciones establecieron un Acuerdo de Cooperación en 1994, y desde entonces han trabajado juntas en más de 50 países para brindar oportunidades a las personas refugiadas en todos los niveles a través del deporte. En 2017, el COI inauguró la Fundación Olímpica para Refugiados, cuyo objetivo es crear instalaciones y programas deportivos seguros, básicos y accesibles para personas jóvenes refugiadas, desplazadas por la fuerza y sus comunidades de acogida. La fundación está presidida por Bach, con Grandi como vicepresidente. En diciembre del 2019, durante el Foro Mundial sobre los Refugiados en Ginebra, el ACNUR y el COI anunciaron una nueva Coalición Deportiva para brindar a las personas jóvenes refugiadas oportunidades a través del deporte, ampliando su acceso a instalaciones, eventos y competiciones en todos los niveles.

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