*ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está alarmada por las atrocidades que están llevando a cabo los grupos armados en el este de la República Democrática del Congo (RDC), que se han convertido un patrón sistemático para perturbar la vida de los civiles, infundir miedo y crear caos.
En 2020, los socios del ACNUR registraron una cifra récord de más de 2.000 civiles muertos en las tres provincias orientales (1.240 en Ituri, 590 en Kivu Norte y 261 en Kivu Sur). La mayoría de estos ataques se atribuyeron a grupos armados.
Los asesinatos y secuestros han continuado en Kivu Norte en 2021, donde los ataques también se han dirigido contra civiles desplazados. El 24 de enero, un grupo armado mató a dos hombres e hirió gravemente a otros seis en una incursión en un campamento para desplazados forzosos en el territorio de Masisi, en Kivu Norte.
En 2020, los socios del ACNUR registraron una cifra récord de más de 2.000 civiles muertos en las tres provincias orientales
Una semana antes del reciente ataque, tres personas que vivían en el asentamiento de desplazados de Kivuye, en el territorio de Masisi, que cuenta con el apoyo de ACNUR, fueron secuestradas durante las incursiones de un grupo armado. Este grupo también ha impuesto el toque de queda de las 19:00 en la zona, tras lo cual visitan las casas de los residentes para obligarles a pagar por su “seguridad”.
ACNUR y sus socios han escuchado numerosos testimonios de personas que han sobrevivido a esta violencia selectiva. Entre diciembre de 2020 y enero de 2021, se ha informado de al menos siete incursiones de grupos armados en cinco asentamientos distintos de personas desplazadas en el territorio de Masisi.
Más de 88.000 personas desplazadas residen en 22 emplazamientos apoyados por el ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Muchos otros viven en asentamientos espontáneos, mientras que alrededor del 90% se aloja en comunidades de acogida.
Los ataques de los grupos armados se llevan a cabo bajo la sospecha de que la población colabora con otros grupos o con las fuerzas de seguridad congoleñas. Algunos de estos asentamientos de desplazados están amenazados por múltiples grupos armados. Los civiles se encuentran atrapados en medio de los enfrentamientos entre los diferentes grupos.
ACNUR ha recibido informes sobre grupos armados que ocupan por la fuerza escuelas y hogares, prohíben las actividades escolares y atacan los centros de salud, en Mweso, el territorio de Masisi y el territorio de Lubero.
ACNUR hace un llamamiento a todos los actores para que respeten el carácter civil y humanitario de los campamentos de desplazados y aboga por una investigación rápida e independiente de los crímenes cometidos para que los autores puedan ser llevados ante la Justicia.
En noviembre de 2020, algunos grupos armados introdujeron impuestos ilegales a las personas que querían acceder a sus granjas en sus propios pueblos de origen en el territorio de Rutshuru. Esta circunstancia ha dejado aislados muchos de su única fuente de alimentos e ingresos. Las personas desplazadas no pueden permitirse pagar estos impuestos ya que no tienen ingresos, lo que agrava la situación.
Aunque las operaciones militares del ejército congoleño contra los grupos de milicianos tienen más éxito que en el pasado, las fuerzas armadas no tienen capacidad para mantener el control de las zonas que aseguran, lo que deja espacio para que los grupos armados recuperen esas zonas y se impongan sobre la población local.
ACNUR hace un llamamiento a todos los actores para que respeten el carácter civil y humanitario de los campamentos de desplazados y aboga por una investigación rápida e independiente de los crímenes cometidos para que los autores puedan ser llevados ante la justicia.
ACNUR está colaborando con las autoridades locales y las comunidades para proteger a los civiles en las zonas afectadas, reforzando la capacidad local y creando sinergias entre las diferentes autoridades locales y las iniciativas de base. También estamos siguiendo de cerca la situación en la mayoría de las zonas a través de socios locales e internacionales.
Más de cinco millones de personas han sido desarraigadas por la inseguridad y la violencia en la República Democrática del Congo en los últimos dos años, con casi dos millones de desplazados sólo en la provincia de Kivu Norte, según estimaciones de la ONU. Los esfuerzos de ACNUR para ayudar a los desplazados internos se enfrentan a un grave déficit de financiación. Hasta ahora sólo se ha recibido el 6% de los 195 millones de dólares que ACNUR necesita para sus operaciones vitales en la RDC.
Leer más. Alarma la cantidad de las violaciones de derechos humanos en la República Democrática del Congo
Para más información sobre este tema, por favor contactar:
- En Kinshasa, RDC, Johannes Van Gemund, [email protected], +243 817 0009 484
- En Kinshasa, RDC, Fabien Faivre, [email protected], +243 825 443 419
- En Pretoria, Helene Caux, [email protected], +27 82 376 5190
- En Ginebra, Babar Baloch, [email protected], +41 79 513 9549
* El contenido corresponde a las declaraciones formuladas el 16 de febrero por un portavoz de ACNUR en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.