En la actualidad, más de 70,8 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares en busca de un lugar seguro. La mitad son niñas y niños. Estas cifras se desprenden del informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Tendencias Globales, que se actualiza cada año en coincidencia con el Día Mundial del Refugiado, y que refleja un aumento sostenido y alarmante. Pero a pesar de este contexto de crisis humanitaria, también son muchas las personas alrededor del mundo, dispuestas a dar la bienvenida a los refugiados en su país, y Argentina se destaca entre esos países.
El dato se desprende del estudio “Actitudes globales hacia los refugiados” (“Global Attitude Towards Refugees”), realizado por la reconocida empresa de investigación de mercado, IPSOS. El objetivo fue medir la apertura de las comunidades con las personas refugiadas. Se encuestaron a más de 18.000 personas de 26 países y el pueblo argentino resultó ser uno de los más amigables con los refugiados. Los encuestados tuvieron que responder si estaban de acuerdo o en desacuerdo con que las personas puedan refugiarse en otros países, incluso en el suyo, para escapar de un conflicto bélico o persecución. El 74% de los argentinos se mostró a favor de que el país acoja a los refugiados, seguido por los chilenos, con el 73%; los británicos, con el 72%; los sudafricanos, con el 71% y, los peruanos, con el 70%. Estos números son muy auspiciosos en tanto las respuestas en otros países de diferentes regiones han arrojado números de aceptación del 23% o 43%.
Otro dato que ubica a los argentinos entre los más solidarios con los refugiados es el nivel de confianza sobre su integración en nuestro país. El 58% cree que, pese a las dificultades que implica el proceso, se van a lograr adaptar exitosamente a la sociedad. Sólo India supera a la Argentina con el 62%, mientras que el resto parece tener más dudas al respecto. En este sentido, ACNUR trabaja en pos de encontrar soluciones duraderas que les permitan a los refugiados reconstruir sus vidas, ya sea a través de la repatriación voluntaria a sus hogares si el contexto lo permite, el reasentamiento en otro país, o su integración dentro de la comunidad de acogida.
De acuerdo con ACNUR, el aumento de la cantidad de personas refugiadas que se registra cada año indica que se está frente a la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. “Nadie elige ser un refugiado, estamos viviendo una crisis humanitaria sin precedentes. Dar visibilidad a esta problemática y apelar a la solidaridad de todas las personas, nos permite continuar trabajando para que estas familias puedan tener nuevas oportunidades y construir un mejor futuro. Desde Fundación ACNUR Argentina queremos expresar nuestro orgullo y agradecimiento a todos los argentinos y argentinas por ser uno de los países más amigables con los refugiados en el mundo” reflexiona Facundo Funes, Director de Comunicación de la Organización.
Otro aspecto que mostró el estudio de IPSOS es el desconocimiento de la real situación de las personas refugiadas. La mitad de los encuestados, entre los que se destaca India (70%), Turquía (69%), Sudáfrica (66%), Rusia (64%) y Malasia (61%), cree que la mayoría de los extranjeros que quieren ingresar a su país como refugiados realmente no lo son, sino que se aprovechan de la situación para mejorar su nivel económico o para beneficiarse del Estado.
“Dar visibilidad a esta problemática de los refugiados y apelar a la solidaridad de todas las personas, nos permite continuar trabajando para que estas familias puedan tener nuevas oportunidades y construir un mejor futuro”, afirma Facundo Funes, director de Comunicaciones de Fundación ACNUR.
Lo cierto es que esta percepción está muy alejada de la realidad, ya que cuando un refugiado se instala en otro país debe, en muchos casos, aprender un nuevo idioma, nuevas costumbres y lograr insertarse social y laboralmente, habiendo sido obligado a dejar atrás a su hogar, cultura e historia. Además de verse expuesto a situaciones diversas que podrían ponerlo en riesgo, tanto física como emocionalmente.
“En ACNUR trabajamos todos los días para que miles de personas que debieron escapar de sus hogares puedan tener una vida mejor, pero la gravedad de esta crisis requiere del involucramiento de todos, del compromiso y la colaboración de la sociedad entera”, afirma Juan Carlos Murillo, Representante Regional de ACNUR.
En esta línea, y basándose en el espíritu solidario de los argentinos que refleja el estudio de IPSOS, la Fundación ACNUR Argentina lanza la campaña Ponchos Azules, inspirada en la esencia del gaucho, “aquel que, siempre que puede hace una gauchada”. Por eso, toma como referencia su prenda tradicional: el poncho, que simboliza el sentimiento de orgullo nacional, por lo que significa en la historia argentina y por la fuerza que da portarlo y usarlo. Porque une y abriga. A través de una pieza exclusiva, cuyo diseño fue donado por el reconocido diseñador Benito Fernández, la organización busca visibilizar la situación por la que están pasando millones de personas que cada día se ven obligadas a huir de sus hogares para salvar sus vidas y, asimismo, reconocer y agradecer la solidaridad del pueblo argentino con los refugiados.
La gravedad de la actual crisis humanitaria requiere del involucramiento de todos, volviendo sumamente importante la colaboración voluntaria de las personas para que ACNUR continúe brindando protección y asistiendo a millones de personas alrededor del mundo.
Quienes estén interesados en conocer más sobre la campaña o quieran sumarse, lo pueden hacer a través de la página www.ponchosazules.org o de sus redes sociales: Instagram @acnurargentina Facebook Fundación ACNUR Argentina y Twitter @ACNURargentina