NUEVA YORK/GINEBRA/ROMA/WASHINGTON – El tiempo se acaba para millones de personas en Sudán que corren un riesgo inminente de hambruna, desplazadas de sus tierras, viviendo bajo bombardeos y aisladas de la asistencia humanitaria.
Con el conflicto ya en su segundo año, 18 millones de personas padecen hambre aguda, entre ellas 3,6 millones de niñas y niños con desnutrición aguda, y la hambruna se acerca rápidamente a millones de personas en Darfur, Kordofán, Aj-Jazirah y Jartum.
Sudán alberga el mayor número de personas desplazadas internas en el mundo, casi 10 millones. Otros 2 millones de personas han huido a países vecinos.
Se multiplican los terribles ataques contra la población civil – incluida la violencia sexual –, así como contra hospitales y escuelas.
En Al Fasher, más de 800.000 civiles se preparan para un inminente ataque a gran escala, que desencadenaría consecuencias humanitarias catastróficas tanto en la ciudad como en todo Darfur.
A pesar de las enormes necesidades, el personal humanitario continúa enfrentándose a obstrucciones sistemáticas y bloqueos deliberados del acceso por las partes en conflicto. Los desplazamientos a través de las líneas de conflicto a zonas de Jartum, Darfur, Aj-Jazirah y Kordofán están prácticamente cortados desde mediados de diciembre. El cierre del paso fronterizo de Adre en febrero – nuestra principal ruta hacia Sudán occidental desde Chad – significa que la asistencia que llega a Darfur es limitada. El personal humanitario está siendo asesinado, herido y acosado, y los suministros humanitarios están siendo saqueados.
En marzo y abril de este año, se negó ayuda humanitaria a casi 860.000 personas en los estados de Kordofán, Darfur y Jartum. Los bloqueos deliberados a la asistencia humanitaria que dejan a la población civil sin lo esencial para sobrevivir violan el derecho internacional humanitario.
La hambruna extrema se está extendiendo, y las perspectivas para la producción de alimentos en 2024 son sombrías. Tenemos una ventana que se reduce rápidamente para hacer llegar las semillas a los agricultores antes de que termine la temporada principal de siembra y comience la de lluvias. Si actuamos a tiempo, las personas – particularmente quienes viven en zonas inaccesibles – podrán producir alimentos a nivel local y evitar la escasez de alimentos en los próximos seis meses. Si no actuamos inmediatamente, la población pasará hambre y se verá forzada a desplazarse en busca de alimentos, alojamiento y protección.
Seamos claros: si no somos capaces de brindar ayuda rápidamente y a gran escala, morirán más personas.
Sin un cambio inmediato e importante, nos enfrentaremos a un escenario de pesadilla: La hambruna se apoderará de amplias zonas del país. Más personas huirán a los países vecinos en busca de sustento y protección. Más niños sucumbirán a las enfermedades y la desnutrición. Las mujeres y las niñas, que ya soportan el peso del conflicto, se enfrentarán a sufrimientos y peligros aún mayores.
Para prevenir estos peores escenarios, nosotros, los directores y directoras del Comité Permanente entre Organismos, pedimos urgentemente a las partes en conflicto que hagan lo siguiente:
- Adoptar medidas inmediatas para proteger a la población civil, por ejemplo, absteniéndose de dirigir ataques contra ella, permitiéndole marcharse a zonas más seguras y poniendo fin a la violencia sexual y de género.
- Facilitar el acceso sin trabas a través de todas las rutas transfronterizas posibles para que la población civil pueda recibir ayuda humanitaria.
- Poner fin inmediato a todos los actos que denieguen, obstruyan e interfieran con la acción humanitaria o la politicen.
- Simplificar y agilizar los procedimientos administrativos y burocráticos relacionados con la entrega de ayuda humanitaria.
- Desescalar la situación en Al Fasher y adoptar un alto el fuego en todo el país.
- Poner fin a las violaciones de los derechos humanos, incluidas las graves violaciones contra la niñez, y hacer que los perpetradores rindan cuentas por sus crímenes.
También nos preocupa el escaso apoyo de los donantes. Transcurridos casi cinco meses del año – y seis semanas después de la Conferencia Humanitaria Internacional para Sudán y los países vecinos, celebrada en París el 15 de abril – solo hemos recibido el 16 por ciento de los 2.700 millones de dólares estadounidenses que necesitamos.
Los donantes deben hacer efectivas urgentemente las promesas de financiación hechas en París y agilizar la financiación adicional prevista en el llamamiento humanitario. Con una hambruna en el horizonte, debemos entregar mucha más ayuda vital ahora, incluidas semillas para los agricultores antes de que termine la temporada de siembra.
El tiempo corre. La elección está clara.
Firman:
- Martin Griffiths, Coordinador de Asistencia de Emergencia y Subsecretario General de Asuntos Humanitarios (OCHA)
- Sofia Sprechmann Sineiro, Secretaria General, CARE International
- Dr. Qu Dongyu, Director General, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
- Jamie Munn, Director Ejecutivo, Consejo Internacional de Agencias Voluntarias (ICVA)
- Amy E. Pope, Directora General, Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
- Tom Hart, Presidente y Director Ejecutivo, InterAction
- Tjada D’Oyen McKenna, Directora General, Mercy Corps
- Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
- Paula Gaviria Betancur, Relatora especial sobre los derechos humanos de los desplazados internos
- Achim Steiner, Administrador, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
- Janti Soeripto, Presidenta y Directora General, Save the Children
- Michal Mlynár, Director Ejecutivo interino, Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos (UN-Habitat)
- Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
- Natalia Kanem, Directora Ejecutiva, Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
- Catherine Russell, Directora Ejecutiva, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
- Sima Bahous, Directora Ejecutiva y Subsecretaria, ONU Mujeres
- Cindy McCain, Directora Ejecutiva, Programa Mundial de Alimentos (PMA)
- Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General, Organización Mundial de la Salud (OMS)
- Andrew Morley, Presidente y CEO de World Vision International