Miles de personas, incluidas personas refugiadas, continúan atrapadas por las fuertes lluvias y las graves inundaciones desencadenadas por El Niño, que azotan el este de África.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está particularmente preocupada por los miles de personas refugiadas y desplazadas que se han visto de nuevo obligadas a huir para salvar sus vidas, después de que sus hogares fueran arrasados por las inundaciones.
En Kenia, el aumento del nivel del agua ha desplazado a casi 20.000 personas en los campamentos de Dadaab, que albergan a más de 380.000 refugiados. Muchos de ellos llegaron en los últimos años huyendo de la grave sequía en la vecina Somalia. Actualmente, unas 4.000 personas se refugian en seis escuelas cuyas instalaciones han sufrido daños severos. Los demás se alojan con amigos o familiares en otras partes del campamento. Varias letrinas han colapsado, poniendo a los refugiados en riesgo de contraer enfermedades mortales transmitidas por el agua.
En Burundi, alrededor de 32.000 personas refugiadas, casi la mitad de la población de refugiados en el país, viven en áreas afectadas por las inundaciones, y 500 de ellas necesitan asistencia urgente. En la capital, Buyumbura, familias locales y refugiadas, con personas de edad avanzada entre sus miembros, han tenido que mudarse varias veces a medida que el nivel del agua iba aumentando. El acceso a alimentos y a otras necesidades básicas es cada vez más difícil debido a los altos precios del transporte de mercancías en canoa. Asimismo, las clases se han suspendido debido a que las aulas están inundadas y el material escolar inservible. Más allá de Buyumbura los precios del alquiler se han duplicado, haciendo demasiado costoso para muchas familias de refugiados mudarse, y dejándolas sin más opción que permanecer en sus hogares inundados. La comuna de Nyanza Lac en la provincia de Makamba, un área que ha recibido a 25 000 refugiados burundeses que regresaron a casa después de años de exilio, también está gravemente afectada.
Otros países de la región donde las personas desplazadas están entre las más impactadas incluyen Somalia, donde más de 46 000 desplazados internos en cinco ubicaciones en el sur del país se han visto obligados a reubicarse debido a las inundaciones repentinas, y Tanzania, donde más de 200.000 refugiados, principalmente de la República Democrática del Congo y Burundi, alojados en los campos de Nyarugusu y Nduta, se han visto afectados. Los albergues dentro de los dos campos han sufrido daños, afectando a unas 200 familias. La oficina de ACNUR en Kigoma también se inundó recientemente.
ACNUR está trabajando en estrecha colaboración con las autoridades locales y sus socios, proporcionando ayuda esencial y servicios de protección a las personas refugiadas y a las comunidades cercanas afectadas.
En Kenia, estamos distribuyendo artículos básicos como lonas, mosquiteras, artículos de higiene, jabón y bidones a las personas refugiadas, prestando especial atención a mayores y a personas con discapacidad. Asimismo, estamos ayudando a las familias a reubicarse en lugares más seguros hasta que las aguas retrocedan. En Burundi, como parte de la respuesta interinstitucional liderada por el Gobierno, ACNUR proporcionará artículos de refugio y asistencia en efectivo para ayudar a los refugiados. Miles de antiguos refugiados burundeses que han regresado a su país están entre los prioritarios para recibir apoyo. En Tanzania, estamos trabajando con socios locales para rehabilitar albergues para refugiados. En Somalia, se está proporcionando ayuda humanitaria y protección a las familias desplazadas internamente.
El cambio climático está haciendo que muchas partes del mundo, especialmente en regiones vulnerables como el este de África y el Cuerno de África, sean cada vez más inhabitables. Las tormentas son más devastadoras. Los incendios forestales se han vuelto habituales. Las inundaciones y las sequías se están intensificando. Algunos de estos impactos son irreversibles y amenazan con empeorar, y las personas desplazadas están sufriendo las consecuencias.
Estas inundaciones muestran las carencias en la preparación y la acción temprana. Los fondos disponibles para abordar los impactos del cambio climático no están llegando a las personas desplazadas por la fuerza ni a las comunidades que las acogen. Sin ayuda para prepararse, resistir y recuperarse de los impactos relacionados con el clima, se enfrentan a un mayor riesgo de tener que desplazarse de nuevo.
En abril de 2024, ACNUR lanzó su primer Fondo de Resiliencia Climática para reforzar la adaptación y resiliencia de las personas refugiadas, las comunidades desplazadas y sus comunidades de acogida frente a la creciente intensidad de los eventos climáticos extremos relacionados con el cambio climático.