Jun 28

ACNUR alerta sobre el impacto del cambio climático en las comunidades de refugiados

El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por Andrew Harper, Asesor Especial de ACNUR en Acción Climática, en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

Los eventos climáticos extremos y los desastres naturales están resultando demoledores para muchas comunidades de personas refugiadas y desplazadas en todo el mundo, empeorando su situación y, en algunos casos, forzándolas a moverse y empezar de cero una vez más.

Esto es lo que ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha observado en una serie de catástrofes que incluyen inundaciones, terremotos, ciclones, tormentas y olas de calor, que afectan a personas refugiadas y desplazadas internas en África, América, Asia y otros lugares.

En Brasil, las devastadoras inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul el mes pasado se cobraron la vida de al menos 170 personas, desplazaron a más de medio millón (630.000) y afectaron en total a unos 2,39 millones de personas. Entre los afectados se encontraban 43.000 refugiados y otras personas con necesidades de protección internacional, incluyendo venezolanos, haitianos y cubanos.

Las personas refugiadas afectadas han relatado a los equipos de ACNUR cómo escaparon de la muerte, perdieron sus casas, sus pertenencias y sus negocios. En las afueras de la capital del estado, Porto Alegre, una madre refugiada contó cómo su asentamiento informal fue arrasado y tuvo que refugiarse en un tejado durante dos días hasta ser rescatada.

Aunque las aguas están retrocediendo, las consecuencias aún se sienten. Los brasileños y los refugiados que han perdido sus hogares están siendo alojados en albergues de emergencia o compartiendo viviendas particulares con otras familias afectadas. Casi dos meses después, muchas personas están optando por regresar a sus casas incluso en áreas de alto riesgo que no cuentan con las condiciones de vida mínimas. Con la llegada del invierno y la caída de las temperaturas, los riesgos para la salud también están aumentando. Las últimas inundaciones llegan tras una serie de eventos climáticos extremos en el país, como un número récord de incendios y una de sus peores sequías.

ACNUR está trabajando con las autoridades brasileñas para proporcionar alojamiento de emergencia, identificar a los grupos más vulnerables y apoyarles con asesoramiento y asistencia en documentación y protección social. Asimismo, estamos distribuyendo artículos esenciales, como colchones y juegos de cocina, proporcionando apoyo psicosocial y derivando a otros servicios básicos y especializados. Pero las necesidades son enormes y seguirán creciendo.

Otros lugares azotados por desastres climáticos en las últimas semanas son regiones en Afganistán, Bangladesh y África Oriental.

En el este de África y la región de los Grandes Lagos, cientos de miles de personas refugiadas y desplazadas internamente todavía sufren el grave impacto de las catastróficas inundaciones que arrasaron la región entre abril y mayo de este año. En Burundi, Etiopía, Kenia, Ruanda y Somalia, los países más afectados, muchas viviendas de refugiados se inundaron o resultaron destruidas; infraestructuras esenciales, como carreteras, sistemas de drenaje e instalaciones sanitarias, sufrieron daños. Al perder sus hogares y medios de vida, muchas personas refugiadas se vieron obligadas a desplazarse una vez más en busca de seguridad.

ACNUR también está preocupada por el alto riesgo de inundaciones que las fuertes lluvias estacionales pueden provocar en áreas de Sudán y Sudán del Sur, que albergan a miles de personas que han huido del conflicto en Sudán. En Chad, que ha acogido a 600.000 refugiados sudaneses desde el inicio de la guerra en abril de 2023, las fuertes lluvias ya están provocando daños en los precarios albergues de refugiados y en infraestructuras en el este del país.

Aunque todavía se está a tiempo para reforzar la preparación frente a estos fenómenos, la grave falta de financiación para la asistencia humanitaria más básica tanto en Sudán como en los países vecinos amenaza con empeorar la situación.

ACNUR está en el terreno, apoyando a los gobiernos y a los socios, para proporcionar asistencia urgente a las comunidades más afectadas y mejorar los esfuerzos de preparación. Como se espera que la situación empeore durante el transcurso del año, ACNUR está lanzando hoy un llamamiento para recaudar casi 40 millones de dólaresLink is external (USD) con los que asistir y proteger a 5,6 millones de personas refugiadas, repatriadas, desplazadas internamente y a las comunidades locales en Burundi, Etiopía, Somalia, Ruanda, Sudán del Sur y Sudán. Esto cubrirá ayuda de emergencia, que incluye alojamiento, asistencia en efectivo para ayudar a las familias afectadas por las inundaciones a comprar productos básicos, así como reforzar el suministro de agua potable y saneamiento en los asentamientos de desplazados y en las comunidades anfitrionas. Las ayudas también se destinarán a la rehabilitación y reconstrucción de infraestructuras como sistemas de agua, carreteras de acceso y diques de protección contra inundaciones.

ACNUR continúa abogando con todos los países de acogida y la comunidad internacional para incluir a las personas refugiadas y otras poblaciones desplazadas en los planes de protección social, planes de contingencia, mitigación de riesgos, reconstrucción y adaptación. Las comunidades anfitrionas y los gobiernos necesitan apoyo e inversiones para asegurar que estas poblaciones estén equipadas para resistir y responder a estos impactos climáticos, para fortalecer su resiliencia y que puedan empezar de nuevo.

La frecuencia, intensidad y magnitud de estos desastres climáticos es una señal de advertencia para el mundo que no debe ser ignorada. Mientras que la crisis climática impacta a todos a nivel global, los más vulnerables, que han contribuido menos al cambio climático, son los que están soportando la peor parte. El mundo necesita actuar ahora para asegurar que las comunidades más vulnerables no se queden atrás.

 


Nota para editores:

Mientras los conflictos se prolongan, es más probable que las personas que viven en países altamente vulnerables al clima permanezcan desplazadas durante muchos años. Los últimos datos científicos y modelos muestran que su exposición a los peligros climáticos solo aumentará.

Estos desastres climáticos subrayan las brechas críticas en la preparación y la acción temprana. Sin el apoyo adecuado para prepararse, resistir y recuperarse de los impactos relacionados con el clima, estas comunidades se enfrentan riesgos elevados de mayor desplazamiento y devastación. Incrementar la financiación y la acción climática para llegar a aquellos que más lo necesitan es crucial para evitar los peores escenarios.

Por lo tanto, ACNUR está adoptando un enfoque dual para abordar el cambio climático: respuesta inmediata y acción climática.

Además de abordar las necesidades urgentes de respuesta a los desastres climáticos, el recién lanzado Fondo de Resiliencia Climática de ACNU  está dedicado a mejorar la adaptación y la resiliencia entre las personas desplazadas por la fuerza y sus anfitriones. Esto incluye iniciativas como la restauración ambiental, el acceso sostenible al agua y la energía, y los esfuerzos de preparación de la comunidad para mitigar el impacto de los riesgos climáticos antes de que se conviertan en desastres. ACNUR tiene como objetivo recaudar 100 millones de dólares para finales de 2025 para estas actividades vitales.

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