GINEBRA – ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está trabajando con las autoridades federales, estatales y municipales, así como con organizaciones socias en Brasil, para mitigar el grave impacto de los fenómenos meteorológicos extremos – como lluvias torrenciales, fuertes vientos y frío – que han devastado zonas del estado brasileño de Río Grande del Sur.
Las inundaciones masivas, en particular, han cobrado la vida de al menos 107 personas y han afectado a más de 1,7 millones, de acuerdo con cifras oficiales. Otras 134 personas están desaparecidas.
Entre las personas afectadas hay alrededor de 41.000 refugiados y otras personas que necesita protección internacional; entre ellas, un gran número es de origen venezolano y haitiano, y vive en las zonas afectadas por las inundaciones: a algunas de ellas solo es posible llegar por medio de embarcaciones.
En coordinación con las autoridades locales, ACNUR está distribuyendo artículos de ayuda, como mantas y colchones; también está identificando las necesidades de la población afectada. Asimismo, está proporcionando apoyo técnico para facilitar la comunicación con las distintas comunidades afectadas, de manera que las personas refugiadas y migrantes tengan acceso en su propio idioma a información oficial sobre recomendaciones de protección y sobre los riesgos en los lugares donde viven.
En los próximos días, ACNUR apoyará la entrega de documentación perdida o dañada, para garantizar que las personas refugiadas y solicitantes de asilo sigan teniendo acceso a beneficios sociales y servicios públicos. La agencia también reforzará los equipos locales de socios de la sociedad civil para brindar apoyo psicológico y responder a los casos más vulnerables, incluso entre las comunidades de acogida.
Por otra parte, se están enviando a Brasil artículos de ayuda adicionales, como alojamientos de emergencia, utensilios de cocina, mantas, lámparas solares y kits de higiene de las reservas humanitarias regionales de ACNUR y de las reservas de la agencia en el norte de Brasil.
De acuerdo con datos del gobierno, desde abril de 2018, el estado de Río Grande del Sur acoge a más de 21.000 personas venezolanas que han sido reubicadas desde el estado de Roraima, en la frontera con Venezuela, al norte del país.
Los fenómenos meteorológicos extremos en Brasil han sido frecuentes y cada vez más devastadores en los últimos años, lo que ha provocado sequías en la región amazónica y lluvias severas en los estados de Bahía y Acre. ACNUR ha respondido a todas esas situaciones.
ACNUR estima que se requieren 3,21 millones de dólares estadounidenses para cubrir las necesidades más urgentes, incluida la ayuda económica directa para las personas afectadas y el suministro de artículos de primera necesidad. Más del 85 por ciento del territorio de Río Grande del Sur se ha visto afectado por las inundaciones; de hecho, alrededor de 68.000 personas se han visto forzadas a vivir en albergues adaptados, al tiempo que más de 327.000 han abandonado sus hogares.
Los meteorólogos advierten que habrá más lluvias de gran intensidad y fuertes vientos en todo el estado hasta este fin de semana.
Los fenómenos climáticos graves afectan de manera desproporcionada a la población refugiada y a otras personas que solicitan protección internacional. La financiación disponible para hacer frente a los efectos del cambio climático no es suficiente para atender las necesidades de las personas desplazadas por la fuerza ni de las comunidades que las acogen. Sin ayuda para prepararse, resistir y recuperarse de las repercusiones del cambio climático, aumenta el riesgo de nuevos desplazamientos.
En abril de 2024, ACNUR puso en marcha su primer Fondo para la Resiliencia Climática para reforzar la necesidad de impulsar la resiliencia de las personas refugiadas, de las comunidades desplazadas y de las comunidades de acogida ante la creciente intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático.