Ago 12

Sudán: La temporada de lluvias provoca graves inundaciones, empeorando la situación de miles de desplazados por la guerra

El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por Olga Sarrado, portavoz de ACNUR, en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

Mientras los efectos de la temporada de lluvias empiezan a notarse en Sudán, las personas refugiadas y desplazadas internas continúan soportando la peor parte de una situación humanitaria extremadamente grave, después de más de un año de guerra brutal que ha provocado una situación de hambruna, todo agravado por el creciente impacto del cambio climático. Las lluvias torrenciales e inundaciones ya han afectado a decenas de miles de personas en Sudán, provocando más desplazamientos, heridos y víctimas mortales.

Más de once mil personas, entre las que se incluyen personas refugiadas acogidas en el país y comunidades locales, se han visto afectadas por graves inundaciones y fuertes lluvias en el estado oriental de Kassala en las últimas dos semanas.

Entre los afectados hay muchas familias llegadas recientemente, tras huir de la violencia en el estado de Sennar, y que se refugiaban en cinco asentamientos y centros de recepción. Algunas se han tenido que desplazar tres o cuatro veces desde el inicio del conflicto. Han perdido sus pertenencias, incluidas las raciones de alimentos, y están teniendo dificultades para acceder al suministro de agua potable y a instalaciones de saneamiento, lo que aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua. Asimismo, más de 400 alojamientos han sufrido daños en el campo de refugiados de Shagarab, dejando a las personas ya vulnerables sin lugar donde resguardarse.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y sus socios están en el terreno haciendo todo lo posible para ayudar a las personas más vulnerables. Junto con las autoridades estatales, se ha identificado un nuevo terreno donde se están instalando tiendas para alojar a las familias afectadas.

Se espera que el nuevo asentamiento acoja a unas 800 familias recién desplazadas debido a las inundaciones. ACNUR ya ha comenzado a levantar alojamientos de emergencia, con unas 400 tiendas instaladas hasta ahora. A pesar de las lluvias constantes, al menos 200 familias han sido reubicadas. Además, ACNUR planea distribuir lonas de plástico a los refugiados para reparar los techos dañados por las tormentas.

Se esperan más precipitaciones en las partes oriental y occidental del país. Para mitigar impactos similares en otros estados, como Gedaref, Nilo Blanco y Nilo Azul, ACNUR está anticipando el traslado de artículos de ayuda básicos, limpiando desagües y construyendo diques para reforzar las carreteras internas y proteger los campamentos y asentamientos que albergan a personas desplazadas.

Las inundaciones en la región de Darfur también están afectando la ya limitada capacidad de las agencias de ayuda para llegar a las personas necesitadas, en aquellas áreas donde de otra manera sí hay acceso. Las necesidades humanitarias están alcanzando proporciones épicas en la región, ya que cientos de miles de civiles siguen en peligro, y recientemente se ha confirmado la hambruna en un asentamiento de personas desplazadas.

El conflicto ya ha destruido cultivos y ha interrumpido las fuentes de ingresos. La crisis climática está haciendo que las personas desplazadas sean aún más vulnerables. Los terrenos inundados quedan inservibles para el cultivo o para pasto del ganado, aumentando la inseguridad alimentaria y el hambre en áreas también afectadas por la sequía y el conflicto. Se necesitan medidas de adaptación al clima para reducir la vulnerabilidad frente a estos impactos recurrentes.

A medida que el conflicto se extiende por todo el país, las personas continúan desplazándose en busca de seguridad. Hasta la fecha, más de 10 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares tanto dentro del país como a través de sus fronteras.

Desde mediados de abril, las fuertes tormentas relacionadas con el fenómeno El Niño han provocado eventos climáticos extremos en el este de África, incluyendo inundaciones, corrimientos de tierra, vientos huracanados y granizo, que están golpeando a las comunidades de refugiados y desplazados. Se espera que la situación empeore a lo largo del año, por lo que ACNUR ha lanzado un llamamiento regional para las inundaciones por casi 40 millones de dólares (USD), para asistir y proteger a 5,6 millones de personas refugiadas, repatriadas, desplazadas internas y comunidades locales en Burundi, Etiopía, Somalia, Ruanda, Sudán del Sur y Sudán, que hasta ahora sólo ha recibido 5 millones de dólares de financiación.

 

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