En la región de Jersón, muchas personas mayores deciden quedarse en sus hogares, aun frente al peligro, porque se sienten profundamente ligadas a sus comunidades. Ese es el caso de Volodymyr Tymohin, de 95 años, que ya había vivido la Segunda Guerra Mundial en su infancia y hoy enfrenta nuevamente el impacto de la guerra.
Su casa resultó dañada recientemente: el techo se rompió y las ventanas quedaron destrozadas. Para un hombre mayor que vive solo, esa destrucción fue devastadora. Gracias a la ayuda de ACNUR y su socio local, Volodymyr recibió láminas plásticas y tablas de madera que le permitieron sellar su techo y protegerse del clima extremo.
“Estoy solo, y nadie me cuida. Pero con este apoyo sentí que todavía importo, que alguien me ve y se preocupa por mí”, contó emocionado.

Volodymyr, de 95 años, en su hogar en Jersón, Ucrania.
Volodymyr es una de las más de 70.000 personas que recibieron materiales de refugio de emergencia en Ucrania en lo que va de 2025. Desde el inicio de la crisis, más de 470.000 personas pudieron reparar temporalmente techos, paredes y ventanas dañadas gracias al programa de refugio de ACNUR.
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