BUENOS AIRES – ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, lamenta profundamente el fallecimiento del ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José “Pepe” Mujica, y envía sus condolencias a sus familiares, amigos, compañeros y a toda la sociedad uruguaya. Pepe Mujica fue un incansable defensor de los derechos y la dignidad de las personas refugiadas.
Tras más de una década de prisión durante la dictadura cívico-militar en Uruguay, Mujica dedicó su vida pública a promover el diálogo político y la búsqueda de consensos. Fue reconocido por su actitud conciliadora, que marcó su trayectoria como figura destacada en la vida democrática del país.
Mujica fue portador de un mensaje de paz y esperanza para las personas refugiadas. Su propia vida ha sido un testimonio de resiliencia, coraje y compromiso. Llevó siempre un estilo de vida austero, siendo un referente ético y moral desvelado por un mundo más solidario, sostenible y humano.
Su voz, de relieve mundial, estuvo siempre con las personas desplazadas por la fuerza y demostró ese compromiso con hechos concretos. Durante su gobierno, en 2014, Uruguay recibió a familias sirias, en el marco de un programa de reasentamiento pionero en América Latina. Esa iniciativa, apoyada por ACNUR, permitió aliviar a cientos de personas que, hasta entonces, no tenían un hogar, empujadas por el drama de la guerra. Ese año, Mujica también promovió vías regulares de admisión humanitarias en el Uruguay, como una forma de contribuir a encontrar soluciones para personas detenidas en Guantánamo.
Mujica deja un legado significativo de palabras, símbolos y acciones concretas. Y un alegato de defensa de la vida humana que perdurará por generaciones.
La Oficina Regional de ACNUR para el Sur de América Latina y la Oficina Nacional en Uruguay ofrecen a la familia de Pepe Mujica sus más sentidas condolencias.
