Durante los últimos 14 años de conflicto y crisis, más de 13 millones de personas sirias se vieron forzados a abandonar sus hogares. Durante este tiempo, ACNUR y sus socios han estado y continúan estando sobre el terreno en Siria, brindando asistencia vital siempre que la situación lo permite.
Aún no hay cifras disponibles, pero miles de personas refugiadas sirias han comenzado a regresar al país desde el Líbano a través del punto fronterizo oficial de Masnaa y otros cruces fronterizos no oficiales. Al mismo tiempo, otros sirios han huido en la dirección opuesta hacia el Líbano.
Las personas refugiadas también están regresando desde Türkiye a través de los cruces fronterizos de Bab al-Hawa y Bab al-Salam hacia el noroeste de Siria. ACNUR tuvo que suspender temporalmente algunas actividades en la frontera, pero ahora nuestra presencia se está reanudando. Ayer, tuvimos alrededor de 2.000 retornos de sirios desde la frontera principal con el Líbano. Hubo sirios que regresaron a Idlib, a la zona rural de Damasco, a Damasco, a Daraa, a Alepo y a otras localidades.
Miles de ciudadanos también salieron de Siria y cruzaron hacia el Líbano, lo que indica un movimiento en ambas direcciones. Uno de los principales desafíos es la falta de presencia autoridades de inmigración en el lado sirio, ya que todos los funcionarios de migración que operaban ahí durante el régimen anterior abandonaron sus puestos, mientras que las nuevas autoridades transitorias aún no han podido establecer procedimientos de migración. Esta situación crea, por supuesto, algunos desafíos y dificultades.
Además, ACNUR también está observando algunos retornos desde Türkiye, y prevemos que esa cifra aumente.
Como hemos dicho antes, claramente hay muchas personas sirias que están en una actitud de espera y observación.
En Siria, nos vimos obligados a suspender la mayoría de nuestras actividades durante el período intenso de combates, pero, afortunadamente, en las últimas 72 horas hemos podido reanudar a través de nuestros socios locales muchas de nuestras actividades en esas áreas que ahora son más seguras. Solo a modo de ejemplo, ACNUR ofrece apoyo a 114 centros comunitarios en toda Siria que brindan una amplia gama de servicios a la personas sirias y a las desplazadas internas en situación de necesidad, pero también a quienes están regresando. Desde ayer, ACNUR ha podido reactivar el 75 por ciento de esos centros comunitarios. En los últimos días, un equipo de la ONU desde Damasco, incluido el propio Representante Gonzalo Vargas Llosa, visitó Alepo y Homs, y pudo ver de primera mano la reanudación de algunas de esas actividades, además de reunirse con los trabajadores de ACNUR en ambas localidades, quienes pasaron días muy angustiosos durante los intensos combates. ACNUR también pudo tener algún contacto con las autoridades interinas.
Por supuesto, es aún muy temprano, pero esas interacciones están comenzando. En general, las señales iniciales que nos están enviando las autoridades interinas son constructivas. Dicen que quieren que nos quedemos en Siria y que aprecian el trabajo que ACNUR ha estado haciendo durante muchos años. Necesitan que sigamos haciendo ese trabajo y, lo más importante para nosotros, nos proporcionarán la seguridad necesaria para llevar a cabo esas actividades.
En general, la seguridad está mejorando, aunque la situación en el noreste es diferente. Como ejemplo, el equipo interinstitucional de la ONU que viajó a Alepo y Homs – viajamos más de 800 kilómetros en un período de menos de dos días, y casi no encontramos puntos de control.
Para cualquiera que haya estado en Siria, sabrá que los puntos de control eran una característica crítica del régimen anterior y creo que hay una sensación entre algunos de que esto es un desarrollo muy positivo. En las carreteras, mientras viajábamos, había sirios trasladándose de un lugar a otro sin el tipo de puntos de control constantes que vimos durante el régimen anterior. Por supuesto, necesitaremos ver si ese tipo de libertad de movimiento que estamos presenciando en este momento continuará.
En cuanto al vacío de ley y orden, ha habido algunos saqueos durante la última semana, incluidos bienes de la ONU. Las autoridades interinas nos han asegurado que quieren abordar esta brecha lo antes posible y que están tratando de hacer todo lo posible para restaurar la ley y el orden. Pero también han pedido un poco de paciencia de nuestra parte mientras completan esta tarea muy importante de garantizar la seguridad, no solo para sus propios ciudadanos, sino también para los socios de la ONU.
Una nota final sobre la financiación. El llamamiento interinstitucional de emergencia que se lanzó en octubre solicitó 324 millones de dólares estadounidenses para actividades hasta marzo del próximo año. En este momento, entre contribuciones y proyecciones, el total recaudado es de 88 millones de dólares estadounidenses. Por lo tanto, hay una necesidad urgente de apoyo financiero adicional.
Años de conflicto han devastado la economía y las infraestructuras de Siria, dejando al 90 por ciento de la población dependiendo de algún tipo de ayuda humanitaria. Independientemente de cómo evolucione la situación, millones de personas necesitarán ayuda en materia de alojamiento, alimentos y agua para pasar el próximo invierno y más tiempo.