ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, seguirá cumpliendo su mandato humanitario de ofrecer protección y soluciones a las personas desplazadas por la fuerza y apátridas en todo el mundo, aunque busque nuevos enfoques para cubrir el creciente déficit de financiación de la ayuda, mitigar el impacto del cambio climático y responder a los nuevos retos, declaró el viernes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
En su discurso de clausura de la reunión anual del Comité Ejecutivo (ExCom) de ACNUR en Ginebra, Grandi dijo a los representantes de los gobiernos que ACNUR seguiría respondiendo a emergencias como el actual conflicto en Líbano – donde, en el transcurso de la reunión de una semana, miles de personas han huido de los ataques aéreos – y crisis prolongadas como las de Yemen, Myanmar, el Sahel, la República Democrática del Congo y Afganistán.
“Tengan la seguridad de que siempre que se enfrenten a crisis de desplazamiento forzado, siempre que necesiten apoyo y asesoramiento para reforzar sus capacidades de asilo o sus marcos jurídicos, o siempre que celebren el regreso de sus habitantes tras haber estado en el exilio, ACNUR estará a su lado”, declaró Grandi.
Pero también resaltó los cambios de enfoque que necesitan los gobiernos, las agencias de la ONU, los actores del desarrollo y otros socios para garantizar un apoyo adecuado a la población refugiada y desplazada, y a los países y comunidades de acogida. Una ayuda sostenible requiere la inclusión de las personas refugiadas – y una mayor inversión – en los sectores de salud, educación y empleo de los países de acogida, señaló.
“Quiero dejar esto muy claro: el modelo de ayuda sostenible que pretendemos alcanzar, basado en la inclusión y la autosuficiencia, no puede funcionar en absoluto sin el apoyo financiero continuado de los donantes”, explicó el Alto Comisionado. “Los países anfitriones han insistido reiteradamente en este punto esta semana”.
Beneficios duraderos
Sus comentarios siguieron a los intercambios con gobiernos y otros socios a principios de la semana en un acto paralelo sobre ayuda sostenible. Los participantes compartieron ejemplos de enfoques existentes en países de África y América Latina basados en la inclusión que ayudan a las personas refugiadas y a las comunidades locales a corto plazo y también prometen beneficios duraderos una vez que los refugiados puedan regresar a sus hogares.
En el evento, Xavier Devictor, Asesor del Banco Mundial que dirige el trabajo sobre desarrollo en situaciones de desplazamiento forzado, afirmó que, dado que las situaciones de refugiados duran en promedio 13 años, es prudente implementar respuestas que – a diferencia de la ayuda humanitaria por sí sola – puedan mantenerse en el tiempo.
En su discurso de clausura, Grandi también se refirió a los debates sobre nuevos enfoques “basados en rutas” para gestionar los flujos mixtos de refugiados y migrantes en muchas regiones del mundo, tema de otro acto paralelo celebrado el jueves. Los participantes escucharon cómo estos flujos mixtos exponen cada vez más a las personas en movimiento a graves peligros y aumentan la presión sobre los sistemas de asilo en los países de destino.
Los Estados, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) debatieron diversas iniciativas basadas en las rutas para apoyar mejor a las personas en movimiento y reducir el número de viajes peligrosos. Entre ellas figuran el apoyo a la capacidad de asilo, la prestación de más servicios de protección donde más se necesitan y la búsqueda de otras soluciones a lo largo de esas rutas, como el trabajo, el reasentamiento de las personas refugiadas o el retorno voluntario para quienes no necesiten protección internacional.
Muchos Estados señalaron su apoyo a estas iniciativas, aunque subrayaron que la aplicación de soluciones, la mejora de la recopilación de datos y el seguimiento requerirán un mayor apoyo financiero.
Infrafinanciación crónica
El martes se celebró un acto paralelo sobre el conflicto en Sudán, donde más de 11,3 millones de personas se han visto forzadas a desplazarse en los últimos 18 meses, incluidos casi 3 millones de personas refugiadas que huyen a otros países de la región. Los delegados escucharon que Chad, que acoge al mayor número de personas refugiadas sudanesas, había recibido un aumento de más de 25.000 nuevas llegadas en la primera semana de octubre, más que en todo el mes de septiembre.
En medio de la infrafinanciación crónica de la respuesta a los refugiados sudaneses – que actualmente asciende a menos de un tercio de las necesidades totales para 2024 –, los participantes señalaron la necesidad de aumentar la financiación para el desarrollo y otras inversiones a largo plazo en Chad y otros países de acogida, en consonancia con el modelo de ayuda sostenible.
La reunión del Comité Ejecutivo de este año también incluyó el lanzamiento oficial de una nueva Alianza Global para poner fin a la apatridia, basada en el éxito de la campaña #IBelong de ACNUR, que lleva una década y durante la cual más de medio millón de personas han recibido una nacionalidad. Grandi anunció el viernes que una docena más de miembros se habían unido a la Alianza durante el Comité Ejecutivo, y que otros más anunciaban planes de adhesión.
Tras reiterar su llamamiento en favor de un alto el fuego significativo en Medio Oriente y en otras zonas en conflicto, el Alto Comisionado concluyó citando a la ex refugiada siria Jin Davod, una de las ganadoras regionales del Premio Nansen para los Refugiados de ACNUR galardonadas el lunes, quien comentó en su discurso de aceptación: “Nadie elige ser refugiado, pero se puede elegir ayudar a los refugiados”.
Grandi declaró: “En efecto, debemos seguir eligiendo no solo ayudar a las personas refugiadas, sino también escucharlas y capacitarlas para que puedan dejar de serlo. Gracias por hacer esta elección con nosotros”.