El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha concluido una visita de tres días a Colombia, país que se enfrenta a múltiples desplazamientos de población. Pudo comprobar cómo, a pesar de los múltiples desafíos, el Gobierno y el pueblo de Colombia se centran en soluciones para esta problemática.
“El enfoque de Colombia para ayudar, proteger y ofrecer soluciones a las personas desplazadas, refugiadas y migrantes, al tiempo que intenta abordar las causas profundas de su desplazamiento, es ejemplar”, afirmó Grandi durante su reunión con la Vicepresidenta y Ministra de Igualdad y Equidad de Colombia, Francia Márquez. También hablaron del papel de Colombia como uno de los seis convocantes del Foro Mundial sobre los Refugiados, el principal foro internacional sobre personas refugiadas, que se celebrará en diciembre. Y añadió: “La voz de Colombia en el Foro será esencial. El Foro tiene precisamente como objetivo compartir buenas prácticas y lecciones aprendidas, pero también contribuir a soluciones para las personas refugiadas y para los países que las acogen”.
Grandi también conversó con personas desplazadas internas, líderes comunitarios y autoridades nacionales y locales. “He oído decir a las personas desplazadas con las que me he reunido que la seguridad es su principal preocupación y el principal obstáculo para regresar a sus hogares. Es importante que se les integre activamente en el proceso de paz liderado por el Gobierno, para que su voz sea escuchada”, señaló Grandi.
Expresó su preocupación por la grave situación de desplazamiento interno en Colombia. Más de 100.000 personas han sido desplazadas por la fuerza solo este año. Alrededor de 6,9 millones de personas desplazadas requieren ahora urgentemente asistencia y acceso a soluciones. Se trata de comunidades muy vulnerables y con ingresos muy bajos.
La situación en el país se ve agravada por movimientos mixtos sin precedentes en la región de las Américas, con epicentro en la región del Darién, entre Colombia y Panamá. Tan solo en 2023, alrededor de 470.000 personas refugiadas y migrantes han emprendido esa peligrosa travesía y cientos de ellas han perdido su vida en el camino.
El Alto Comisionado visitó las localidades colombianas de Necoclí y Acandí, en la frontera con Panamá, donde se reunió con varias de las personas que se dirigen a la selva del Darién y pudo ver aspectos de la respuesta humanitaria coordinada a las crecientes necesidades, dirigida también a apoyar los esfuerzos del Gobierno colombiano para reforzar su presencia civil en las zonas afectadas.
En Bogotá, el Alto Comisionado visitó una Oficina de Movilidad Segura, parte de la iniciativa “Movilidad Segura” liderada por los Estados Unidos de América en alianza con países de la región, y apoyada por ACNUR y la OIM, la cual pretende a ofrecer a la población refugiada y migrante alternativas legales, y ayudarles a evitar la peligrosa ruta del Darién.
Los complejos movimientos mixtos de personas refugiadas y migrantes exigen un verdadero reparto de responsabilidades y un enfoque integral basado en las rutas. “Es crucial brindar más asistencia a quienes se desplazan, en particular a quienes son vulnerables, aumentar el apoyo a los países de acogida para la protección e inclusión de las personas necesitadas; establecer opciones adicionales de rutas seguras y legales, y abordar las causas profundas de esos movimientos”, concluyó Grandi.