El siguiente contenido corresponde a las declaraciones formuladas hoy por el Alto Comisionado Asistente para las Operaciones, Raouf Mazou – a quien se puede atribuir las citas – en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
GINEBRA – ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está cada vez más alarmada por el aumento de las necesidades humanitarias entre quienes han sido afectadas por la crisis de Sudán, ya que el número de personas desplazadas sigue aumentando mientras que la prestación de asistencia sigue estando muy limitada por la inseguridad, la falta de acceso y la escasez de fondos.
Más de dos millones y medio de personas se han visto desplazadas por el conflicto desde el 15 de abril, con más de 560.000 personas buscando seguridad en los países vecinos – Egipto recibe el mayor número, seguido de Chad, Sudán del Sur, Etiopía y la República Centroafricana – y casi dos millones de personas desplazadas dentro del país.
En Sudán, los continuos combates en la capital, Jartum, y en las regiones de Darfur y Kordofán han dejado a muchas personas desamparadas y sin asistencia humanitaria básica. ACNUR ha recibido informes preocupantes de población civil desplazada, entre la que se encuentran personas refugiadas, que se enfrentan a obstáculos que ponen en peligro su vida cuando intentan buscar seguridad dentro del país y a través de las fronteras. Debido a la intensidad del conflicto, a las personas vulnerables que se desplazan no les ha quedado más remedio que huir en condiciones extremadamente peligrosas y difíciles, arriesgándose a sufrir abusos físicos, robos y vandalismo y, en algunos casos, a que se les niegue la salida de las zonas de conflicto y se les obligue a volver a ponerse en peligro.
Nuestros equipos están intensificando sus esfuerzos para apoyar a quienes llegan a lugares más seguros mediante el registro, la entrega de ayuda de emergencia y la ampliación de los servicios en los asentamientos existentes. Sin embargo, la falta de acceso a las zonas afectadas dificulta el suministro de recursos y servicios esenciales a la población civil vulnerable.
Nos preocupa particularmente el empeoramiento de la situación en Darfur Occidental, donde, de acuerdo con los informes de los colegas que trabajan sobre el terreno, el conflicto ha alcanzado niveles alarmantes, lo que hace prácticamente imposible suministrar ayuda vital a las poblaciones afectadas. Cada vez hay más población civil herida entre los refugiados recién llegados a Chad.
La capacidad de las instalaciones fronterizas de recepción y tránsito de los países vecinos se ha visto sobrecargada por el gran número de personas que llegan, lo que ha provocado el hacinamiento y una mayor sobrecarga de unos recursos que ya eran limitados. Las personas que huyen de Sudán llegan exhaustas tras días o a veces semanas de viaje, conmocionadas por la violencia de la que han sido testigos y necesitadas de comida, atención médica y artículos de socorro.
En respuesta a esta escalada de la crisis, ACNUR y sus socios han intensificado sus esfuerzos para atender las necesidades de las poblaciones desplazadas dentro y fuera de Sudán. Estamos colaborando estrechamente con el gobierno, otros organismos de la ONU, socios humanitarios y comunidades de acogida para garantizar el suministro de alojamiento de emergencia, agua potable, servicios de atención de salud, apoyo psicosocial y otras formas de asistencia vital.
El hecho de que estas regiones fronterizas sean remotas y, en algunos casos, volátiles, hace temer por la seguridad de las personas refugiadas. Como la lluvia ya ha llegado a algunos países, la entrega de ayuda ha empezado a verse seriamente afectada. Los equipos de ACNUR están trabajando sin descanso para proporcionar artículos de socorro y reubicar a las personas de las zonas fronterizas en lugares más accesibles.
En Sudán del Sur, las limitadas infraestructuras y los problemas de seguridad dificultan aún más los desplazamientos de las personas recién llegadas. Gran parte de la ayuda requerida tendrá que ser transportada por vía aérea, lo que resulta costoso y complejo. Sin embargo, los equipos están registrando a los recién llegados, ofreciéndoles ayuda de emergencia y facilitando su traslado a diferentes lugares lo antes posible. La prioridad de la respuesta de emergencia sigue siendo apoyar a las personas recién llegadas para que logren llegar a sus zonas de origen o al destino que prefieran, mientras se traslada a las personas refugiadas a los campamentos existentes o a los de nueva construcción, un traslado que ahora resulta cada vez más difícil debido al inicio de la temporada de lluvias.
En Chad se están haciendo esfuerzos concertados para atender las necesidades de los refugiados recién llegados, entre ellos mujeres, niñas y niños, que han huido de la violencia y de los intensos combates en Darfur Occidental. Reconociendo el profundo impacto del trauma que sufrieron durante su huida, ACNUR y sus socios han creado espacios seguros donde las personas pueden acceder a consejería y apoyo de salud mental. Para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas recién llegadas, más de 26.000 de un total de 120.000 han sido trasladadas de la zona fronteriza a campamentos de refugiados, mientras que el personal humanitario sigue brindando ayuda de emergencia crítica a quienes se encuentran en la frontera.
A pesar de estos esfuerzos, los recursos son escasos. La ONU y sus socios han solicitado más de 3.000 millones de dólares (USD) para ayudar a millones de personas en Sudán y a quienes huyen a los países vecinos. Los gobiernos que han abierto generosamente sus puertas a las personas que huyen merecen más apoyo de la comunidad internacional. Hasta la fecha, tanto el Plan de Respuesta Humanitaria como el Plan de Respuesta para Refugiados están financiados en menos de un 20 por ciento.