La Conferencia fue auspiciada por Federica Mogherini, Alta Representante/Vicepresidenta de la Comisión Europea, Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y António Vitorino, Director General de la OIM. El objetivo del evento fue crear conciencia acerca de la crisis de refugiados y migrantes venezolanos y de los esfuerzos de los países y comunidades que los acogen. También se analizaron las buenas prácticas y los logros de los países de acogida, se confirmó el apoyo internacional para una respuesta regional coordinada y se hizo un llamado a una alianza global e inclusiva en donde la solidaridad y la responsabilidad sean compartidas por la comunidad internacional en su totalidad, pero también entre los sectores público y privado.

Asistieron 120 delegaciones, entre ellas instituciones de la UE y Estados Miembros; los países de América Latina y del Caribe más afectados; países donantes; agencias de Naciones Unidas; sector privado; ONG’s; organizaciones de la sociedad civil y actores de desarrollo incluyendo instituciones financieras internacionales.

La Conferencia reconoció que la severa y complicada crisis política, socioeconómica y de derechos humanos en Venezuela ha producido una de las más serias situaciones de desplazamiento en todo el mundo. El flujo de personas continúa constante mientras que los recursos y medios de financiamiento se encuentran muy por debajo de las necesidades. De acuerdo con cifras oficiales, cerca de 4,5 millones de venezolanos han dejado el país y la mayor parte de ellos se encuentran en otros países de América Latina y el Caribe. Esta cifra podría llegar a 6,5 millones en todo el mundo a finales de 2020.

La Conferencia elogió la gran solidaridad demostrada por los países en la región y reconoció los importantes desafíos que deben enfrentar. Los participantes reafirmaron su sólido compromiso en cuanto a seguir protegiendo y asistiendo a los refugiados y migrantes venezolanos, y brindar apoyo a los esfuerzos de los Gobiernos de los países receptores. En particular asegurando una integración sostenible en las comunidades de acogida. El Proceso de Quito constituye un paso muy significativo hacia la armonización de prácticas y políticas, y por consiguiente para aumentar la respuesta humanitaria e integrar a los refugiados y migrantes en toda la región.

La cifra de venezolanos que dejaron su país podría llegar a 6,5 millones en todo el mundo a finales de 2020.

Al tiempo que reconocieron el derecho soberano de los Estados para gestionar sus fronteras, quienes presidieron la Conferencia destacaron la importancia de preservar el acceso al asilo, fortalecer los mecanismos que permiten la identificación de las personas en necesidad de protección internacional, mantener políticas de ingreso flexibles, continuar regularizando y brindando documentación a los refugiados y migrantes venezolanos, además de facilitar la reunificación familiar. Actos de odio, intolerancia y xenofobia, por más que ocurran de forma aislada o parezcan tener una importancia menor, necesitan ser rechazados con firmeza.

La Conferencia confirmó la necesidad de una mayor cooperación internacional financiera y técnica para los países de acogida, por medio de un compromiso más fuerte por parte de los donantes, instituciones financieras internacionales, actores  de desarrollo y sector privado para apoyar a las autoridades nacionales en la provisión de servicios, y promover oportunidades económicas para los refugiados, migrantes y comunidades de acogida. Las instituciones financieras internacionales pueden jugar un rol crucial por medio del otorgamiento de financiamiento concesional y subsidios, además de asistencia técnica. Será necesario que los actores de desarrollo intervengan lo antes posible para fortalecer el nexo humanitario y de desarrollo; reforzar los esquemas de protección social; fortalecer las capacidades y facilitar la inclusión de los refugiados y migrantes en el mercado laboral.

Actos de odio, intolerancia y xenofobia, por más que ocurran de forma aislada o parezcan tener una importancia menor, necesitan ser rechazados con firmeza.

Los participantes pusieron de relieve la necesidad de un mecanismo de cooperación que involucre a los Estados donantes, instituciones internacionales financieras y a otros actores relevantes. Reafirmaron el rol de la Plataforma Regional de Coordinación liderada por el ACNUR y la OIM como el mecanismo de coordinación para responder a la crisis de refugiados y migrantes de Venezuela.

Como siguientes pasos a seguir la Conferencia expresó su apoyo a la decisión de organizar en los próximos meses una primera reunión del Grupo de Amigos del Proceso de Quito, a ser presidida por la Unión Europea. Las autoridades que auspiciaron la Conferencia destacaron los compromisos adicionales asumidos en ocasión de la misma y remarcaron la importancia para el año próximo de un proceso permanente para movilizar fondos sustanciales adicionales incluyendo una conferencia sobre promesas de contribuciones.

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