ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está preocupada por el agravamiento de la crisis de desplazamiento forzado en Sudán y sus países vecinos, después de que cientos de miles de personas hayan huido de los últimos enfrentamientos en el estado de Al Jazirah, al sureste de la capital, Jartum.
Estamos también muy preocupados por los informes de una escalada del conflicto en la región de Darfur. El 16 de diciembre, nuevos enfrentamientos en El Fasher, en el norte de Darfur, provocaron víctimas civiles, heridos y más desplazamientos, seguidos de saqueos de hogares y tiendas y arrestos de jóvenes. En Nyala, en el sur de Darfur, se informó de un ataque aéreo que causó muertes, heridos y destrucción de hogares civiles.
El viernes 15 de diciembre se informó de intensos combates, incluidos ataques aéreos y tiroteos, en las afueras de Wad Madani, la capital del estado de Al Jazirah. Los enfrentamientos han llegado ya a la ciudad. Tras el estallido del conflicto en la capital de Sudán en abril de este año, más de medio millón de personas, incluidos unos 7.000 refugiados, huyeron a Wad Madani desde Jartum.
Con este último episodio de enfrentamientos, parece que el pánico se ha extendido entre la población civil de Wad Madani y se ha visto a personas abandonando la ciudad en vehículos y a pie, algunas por segunda vez en solo unos meses. Según la OIM, entre 250.000 y 300.000 personas han huido de Wad Madani y las áreas circundantes desde que comenzaron los enfrentamientos.
ACNUR está trabajando para entregar y distribuir ayuda humanitaria urgente a las personas recién desplazadas de Al Jazirah a los estados de Sennar y Gedaref. A pesar de los esfuerzos de las organizaciones humanitarias nacionales e internacionales y los actores locales para brindar asistencia, la situación humanitaria general sigue siendo grave.
Desde que comenzó la guerra en abril, más de 7 millones de personas han huido de sus hogares en Sudán, muchos de ellos desplazándose en repetidas ocasiones para encontrar protección temporalmente. Este desplazamiento repetido muestra lo devastador que ha sido este conflicto para la población civil.
Estamos muy preocupados ante la posibilidad de que la lucha se intensifique aún más y se extienda al estado de Nilo Blanco, lo que podría afectar significativamente al trabajo de ACNUR y otras organizaciones humanitarias que brindan asistencia crítica a más de 437.000 refugiados sursudaneses y unos 433.000 sudaneses desplazados internos. Desde el inicio del conflicto en abril, ACNUR ha proporcionado refugio de emergencia a aproximadamente 42.000 familias y enseres básicos a casi 12.000 familias vulnerables en el estado de Nilo Blanco y, en colaboración con socios de la ONU y de ONG, ha tomado medidas para mitigar el alto riesgo de un brote de cólera en los asentamientos de desplazados. Sin embargo, la propagación de los combates o cualquier nueva afluencia podría interrumpir los servicios de salud, agua, saneamiento e higiene, lo que tendría graves consecuencias.
Asimismo, hay informes de personas desplazándose hacia Sudán del Sur, donde la ciudad fronteriza de Renk está muy superpoblada y carece de suficiente ayuda para satisfacer las necesidades de las personas que ya han llegado. Las fuertes lluvias han hecho que las carreteras sean intransitables, obstaculizando la reubicación de los refugiados. ACNUR y sus socios están haciendo lo que está a su alcance para prepararse, pero los recursos ya estaban gravemente sobrecargados.
Continuamos apelando firmemente a todas las partes para que pongan fin al conflicto, respeten la seguridad de los civiles de acuerdo con el derecho internacional y permitan el acceso humanitario para que la ayuda y los servicios críticos que salvan vidas puedan llegar a quienes lo necesitan.
Mientras que la crisis y su potencial para desestabilizar toda la región continúan creciendo, el mundo no debe olvidar la situación actual en Sudán.
Apreciamos la financiación recibida hasta ahora de muchos donantes, pero simplemente no es suficiente para satisfacer las necesidades de las familias que enfrentan dificultades inimaginables.
El Plan de Respuesta Regional de Refugiados de Sudán 2023, que solicitó 1.000 millones de dólares (USD) para satisfacer las necesidades de 1,8 millones de personas en Chad, República Centroafricana, Egipto, Etiopía y Sudán del Sur este año, solo está financiado en un 38 por ciento.