NAIROBI, Kenia – Al concluir el martes una visita de cinco días a Somalia y Kenia, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, instó a los líderes mundiales a no escatimar esfuerzos para ayudar a los países del Cuerno de África a romper el ciclo de conflictos y crisis climáticas.
Mientras la población intenta evitar el hambre y buscar seguridad, muchos se han visto forzados a huir. De acuerdo con la Red de Monitoreo de la Protección y el Retorno dirigida por ACNUR, en Somalia, el número de personas desplazadas internas principalmente por la sequía solo este año se acerca al millón, con otras casi 500.000 personas desplazadas debido a violencia e inseguridad.
El número de personas desplazadas internas principalmente por la sequía solo este año se acerca al millón, con otras casi 500.000 personas desplazadas debido a violencia e inseguridad.
Muchas de las personas que ya se habían visto forzadas a huir de la violencia han sido desplazadas de nuevo por la peor sequía de los últimos 40 años, provocada la falta de lluvias durante cuatro temporadas, y se prevé una quinta. A nivel mundial, estos fenómenos meteorológicos extremos se intensifican y se hacen más frecuentes debido a la crisis climática.
A pesar de los llamamientos urgentes de las agencias humanitarias que trabajan en Somalia, las consecuencias catastróficas y multifacéticas pasan en gran medida desapercibidas, ya que la atención del mundo permanece en otro lugar.
Durante su visita a Somalia, Grandi se reunió con el Presidente Hassan Sheikh Mohamud y expresó su solidaridad con el pueblo y el gobierno de Somalia en este difícil momento. También reafirmó el compromiso de ACNUR para apoyar al país en la búsqueda de soluciones para las personas desplazadas.
“Bajo el liderazgo de las autoridades de Somalia, seguiremos intensificando los esfuerzos colectivos para salvar vidas. Los equipos de ACNUR están sobre el terreno haciendo lo que pueden para ayudar, pero hemos conseguido recursos para cubrir solo un pequeño porcentaje de las personas necesitadas”, indicó Grandi.
En Galcaio, Grandi se reunió con familias que habían caminado durante días para llegar a los asentamientos para personas desplazadas y escuchó las desgarradoras decisiones que están tomando para sobrevivir, como dejar atrás a sus seres queridos o vender sus bienes para alimentar a sus hijos, y las consecuencias particulares para mujeres, niñas y niños. “Estas familias son las menos responsables del calentamiento global y, sin embargo, son las más afectadas. Es trágico y vergonzoso, y el mundo no debe mirar hacia otro lado”, señaló.
En Kenia, Grandi visitó a las personas refugiadas en Dadaab y Kakuma, y se reunió con las autoridades locales y del condado, miembros de la comunidad de acogida y socios.
En Dadaab, donde las personas refugiadas de Somalia llevan más de 30 años viviendo en campamentos, Grandi vió de primera mano cómo la sequía está afectando al desplazamiento.
Más de 50.000 personas refugiadas somalíes que han llegado en los últimos años necesitan urgentemente ayuda. Solo este año han llegado alrededor de 20.000. ACNUR está brindando asistencia básica y apoyando a la población local de Kenia con el suministro de agua y otras ayudas.
“Debemos conseguir los recursos para hacer más por estas personas que llegan de Somalia y también por la población keniana afectada”.
El impacto de la sequía en Kenia no aparece en los titulares, pero merece toda la atención de la comunidad internacional”, declaró Grandi.
Grandi se reunió con el Presidente de Kenia, William Ruto, y reafirmó el compromiso de ACNUR de colaborar estrechamente con su nueva administración en materia de protección y soluciones para las personas refugiadas, así como de fomentar un mayor apoyo al desarrollo de las comunidades de acogida.
Kenia lleva más de tres décadas proporcionando protección internacional a los refugiados de toda la región y actualmente acoge a más de medio millón de personas refugiadas y solicitantes de asilo.
En su reunión, Grandi y el Presidente Ruto coincidieron en que permitir a las personas refugiadas trabajar e integrarse en sus comunidades de acogida es la mejor opción para acabar con la dependencia de la ayuda humanitaria.
“Tenemos la oportunidad de que Kenia sea líder en la adopción de un modelo de asentamiento y de lograr soluciones sostenibles para las personas refugiadas. Debemos aprovecharla”, comentó Grandi. “Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye este prometedor enfoque”.
En el asentamiento de Kalobeyei, vio hasta qué punto las inversiones en desarrollo, como el Challenge Fund Kakuma-Kalobeyei de la International Finance Corporation, una innovadora asociación con el sector privado, ya han beneficiado a las personas refugiadas y, lo que es más importante, a la comunidad de acogida.
“Desde que Kalobeyei se puso en marcha en 2016, es impresionante ver cuánto se ha avanzado en materia de desarrollo, medios de vida y prestación de servicios sociales, a pesar de los diversos desafíos, a pesar de la COVID-19”, señaló Grandi. “No podemos dejar que el impulso se estanque y estamos dispuestos a continuar nuestro apoyo a Kenia”.
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- Para Somalia: https://media.unhcr.org/Share/0jq0jp7f3p35ong1081ud66sv7dag856
- Para Kenia – Dadaab: https://media.unhcr.org/Share/xf2pjke1nlb3xn53igfs6uiy272wwmm5
- Para Kenia – Kakuma: https://media.unhcr.org/Share/0aurjn3655akpkq32uexjm726txpf8iy
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Fuente: ACNUR.ORG