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Ene 18

Afganistán: sobrevivir al invierno más duro de la última década

Con la llegada de un nuevo invierno, las agencias humanitarias prevén una cifra récord de 28,3 millones de personas – alrededor de dos tercios de la población – que necesitarán ayuda humanitaria en 2024

 

Por Karmen Issam Sakhr

La afgana es una las poblaciones refugiadas de mayor tamaño en el mundo. Actualmente, más de 3,25 millones de personas viven desplazadas internamente y de acuerdo con el Informe de Tendencias Globales publicado en junio 2023 6,1 millones de personas escaparon hacia países vecinos, de los cuales 1,6 millones llegaron a esos territorios desde agosto 2021.

Y aunque Afganistán ha atravesado diversas crisis, la que vive ahora quizás sea la peor de todas. Los desastres naturales como inundaciones, sequías y terremotos dejaron secuelas irreparables en el territorio afgano. Y hoy, la sociedad enfrenta un nuevo desafío: el crudo invierno, donde las temperaturas pueden fácilmente bajar hasta los 25° bajo cero en todo el país.  El año pasado, Afganistán experimentó el clima más frio en los últimos 15 años, soportando bajas temperaturas y avalanchas que se llevaron varias vidas.

En Afganistán los derechos fundamentales de mujeres y niñas corren peligro, como su libertad de movimiento, el acceso a la educación secundaria y universitaria, y al trabajo. Por esta razón, y dada la falta de alternativas, las mujeres permanecen en el desplazamiento por más tiempo que los hombres, intentando acceder a recursos básicos para mantenerse a sí mismas y a sus familias.

En este contexto, Fatima (a quien llamaremos así por motivos de protección) sostiene a su hijo menor sobre sus piernas, mientras sus otros dos niños corren entusiasmados en los reducidos espacios de su vivienda. Está demasiado agotada y preocupada para reaccionar.

Hace algo más de dos años, cuando se intensificó el conflicto en la provincia de Bamiyán, en la montañosa región de las Tierras Altas Centrales de Afganistán, su familia tuvo que desplazarse a otro distrito situado a unos 100 kilómetros de distancia. Cuando Fatima regresó, se había divorciado de su esposo, quien era adicto a las drogas, su madre y su hermano vivían como refugiados en Irán, y dependía sólo de ella encontrar un lugar donde vivir con sus hijos.

“No teníamos adónde ir”, explica Fatima, quien debió refugiarse durante ocho meses en una pequeña cueva en la ladera de una colina, cerca del lugar donde se encontraban los Budas de Bamiyán. Y agrega: “No podíamos permitirnos pagar un alquiler”. Todo empeora durante el invierno. Y si bien los habitantes de la provincia de Bamiyán están acostumbrados a inviernos duros, el de este año ha sido el más frío en más de una década, y el clima brutal ha golpeado duramente a las personas más pobres y vulnerables que como Fatima, sufren el drama del desplazamiento forzoso en primea persona.  Actualmente, la mitad de la población afgana padece hambruna aguda.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, brindó asistencia a Fatima y su familia. Esta ayuda le permitió r sobrevivir al intenso frío. Ahora, sin embargo, con la llegada de un nuevo invierno en Afganistán, las agencias humanitarias prevén una cifra récord de 28,3 millones de personas – alrededor de dos tercios de la población – que necesitarán ayuda humanitaria en 2024. De ellas, unas seis millones ya se encuentran peligrosamente cerca de la hambruna.

En medio de esta situación, ACNUR ha ampliado su apoyo estacional distribuyendo mantas, estufas, linternas solares, kits de aislamiento térmico y calefacción, así como ropa de abrigo y equipamiento básico para el hogar. También, brindando protección, asistencia y apoyo psicosocial a las personas en mayor situación de vulnerabilidad.

Fátima es una de las más de 110 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo. Hoy, mientras el calor llega a la Argentina, países como Afganistán, Siria y Ucrania, miles de familias con niños y niñas que escaparon de la guerra y la violencia están enfrentando temperaturas bajo cero sin abrigo y en condiciones precarias.

Estamos en emergencia humanitaria. Ayudanos a seguir bridando abrigo y contención para las familias desplazadas que más lo necesitan. Desde Argentina es posible apoyar a las personas refugiadas y conocer más acerca de esta realidad contactando a fundacionacnur.org. No miremos para otro lado.

*Karmen Issam Sakhr, Representante Regional de ACNUR para el Sur de América Latina

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