BRUSELAS/GINEBRA –  Tres agencias de Naciones Unidas piden a los estados europeos que aumenten los recursos y el apoyo operativo a sus sistemas educativos para garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes refugiados, solicitantes de asilo y migrantes puedan acceder a la escuela y recibir una educación de calidad. ACNUR, la OIM y UNICEF publicaron un informe en el que se detallan los obstáculos a los que se enfrenta la niñez y adolescencia que ha nacido fuera de Europa cuando tratan de continuar sus estudios en un país europeo.

Actualmente, el número de esta población (que incluye a los refugiados y migrantes recién llegados) que abandona los estudios, es casi el doble en comparación con los niños que han nacido en Europa. La niñez migrante, además, obtiene peores resultados si no se le ha proporcionado un apoyo adecuado.  Por ejemplo, alrededor de 3 de cada 4 estudiantes nativos logran dominio en ciencias, lectura y matemáticas, pero solo 3 de cada 5 estudiantes con pasado migratorio lo hacen.

El número de niños, niñas y adolescentes que han nacido fuera de Europa (que incluye a los refugiados y migrantes recién llegados) que abandona los estudios, es casi el doble en comparación con aquellos que nacieron allí.

El informe destaca como principales desafíos:

  • Recursos financieros insuficientes.
  • La falta de espacio en las escuelas o maestros capacitados para trabajar con niños refugiados y migrantes.
  • Barreras lingüísticas.
  • Falta de apoyo psicosocial y clases limitadas de recuperación. Estas últimas son vitales para los niños que han perdido períodos prolongados de escolarización o que provienen de diferentes sistemas educativos.

Los niños y niñas en edad preescolar (entre 3 y 5 años) y secundaria superior (de 15 años en adelante) son especialmente vulnerables al abandono escolar, ya que a menudo están más allá del alcance de la legislación nacional sobre educación obligatoria.

Para ayudar a los Estados a abordar estos desafíos y la falta de datos clave, el documento ofrece ejemplos de buenas y prometedoras prácticas en educación en toda Europa y hace una serie de recomendaciones.

“Para la niñez refugiada, la educación no es solamente esencial para su propios futuros, sino también para el de las comunidades en las que viven. Una educación de calidad aumenta las oportunidades vitales, facilita la integración y es una situación en la que todos ganan, los estudiantes y las sociedades. Invertir en educación para todos es una de las mejores inversiones que puede hacer un gobierno”, insistió Pascale Moreau, directora de la oficina de ACNUR para Europa.

El informe insta a los Estados a fortalecer los vínculos entre las escuelas y otros servicios públicos clave, como salud y protección de la infancia, para garantizar que se abordan las barreras para matricularse y el resto de factores que contribuyen al abandono escolar. El informe recomienda, además, incrementar el acceso a los servicios de educación infantil y la promoción de la integración de los jóvenes en los niveles superiores de educación secundaria y formación profesional.

Con voluntad política e inversiones adicionales, los gobiernos de toda Europa pueden construir sistemas públicos de educación inclusivos, que garanticen que toda la niñez, sin importar su estatus migratorio, pueda ejercer su derecho de acceso a una educación, al tiempo que se construyen comunidades más inclusivas y exitosas”, señaló Afshan Khan, directora regional de UNICEF y coordinadora especial para la crisis de migrantes y refugiados en Europa.

Las tres agencias también hacen un llamamiento a los Estados para que aumenten los esfuerzos y realicen más inversiones a nivel nacional y regional para recopilar datos estandarizados y unificados de calidad sobre los niños refugiados, solicitantes de asilo y migrantes sobre educación, para informar el desarrollo de políticas y la asignación de recursos.

“Eliminar las brechas en la educación de la niñez refugiada y migrante es fundamental para su desarrollo y bienestar, y esto puede tener un efecto positivo para la sociedad en general. La educación también tiene el poder cohesivo de ayudar a los niños refugiados y migrantes, y sus familias, a establecer vínculos con las comunidades locales y contribuir en ellas.Invertir en una educación inclusiva y de calidad nos ayudará a cumplir con nuestra responsabilidad de garantizar que ninguna generación se quede atrás”, dijo Manfred Profazi, asesor regional principal de la OIM para Europa y Asia Central.

Informe (en inglés) disponible aquí

 

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