Maya Ghazal ha demostrado que no hay nada que pueda detener a las personas refugiadas. Con solo 21 años, la acompaña una historia llena de dolor, resiliencia y oportunidades que la han llevado hasta lo más alto y la han convertido en la primera mujer refugiada piloto de origen sirio y activista en pos de la educación para las personas refugiadas.
Todo comenzó cuando, junto a su madre, pasó cerca del aeropuerto de Heathrow en Inglaterra y vio de cerca a varios aviones despegando y aterrizando. Maravillada, se puso como objetivo de dedicarse a la aviación y estudiar Ingeniería Aeronáutica, carrera que realiza en la Universidad de Brunel en Londres, Reino Unido.
Sin embargo, Maya debió atravesar un camino doloroso y lleno de obstáculos que superó con una gran determinación. En el año 2011 vivió en carne propia la Guerra en Siria, conflicto que la forzó a abandonar su Damasco natal en el año 2015.
Según relatara en anteriores oportunidades a ACNUR, Maya solía tener una vida feliz y tranquila en Damasco, donde soñaba con convertirse en diplomática. Sus ilusiones quedaron truncas cuando, camino a la escuela, sintió muy cerca de ella el impacto de los misiles y se vio forzada a huir de su país con destino a Inglaterra. Primero llegó su padre como solicitante de asilo; luego llegó Maya junto a su familia en el marco de un programa de reunificación familiar.
Si bien se encontraba a salvo, Maya continuó enfrentándose a obstáculos que sorteó con toda su fuerza. A los 16 años, a pesar de su determinación por continuar sus estudios, fue rechazada por varios colegios.
Mientras aguardaba a ser finalmente aceptada en una escuela, Maya no se quedó de brazos cruzados y siguió luchando. Así se dedicó a perfeccionar sus aptitudes como oradora pública, hecho que la llevó a participar en el Primer Foro Mundial sobre los Refugiados que se realizó en Ginebra en 2018 y a brindar una charla TED sobre los derechos de las personas refugiadas en el mundo, su enorme potencial en la sociedad actual y la necesidad de romper con los estereotipos.
Hoy, Maya inspira. Desde su rol como Colaboradora de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la joven piloto lleva una voz y mensajes fuertes y claros, con los que remarca la importancia del acceso a la educación y oportunidades para las personas refugiadas.
“Aprendí sobre mis derechos. Aprendí que la educación es un derecho y que no pueden negármelo. La educación para los refugiados es importante; sin educación, sin personas confiando en nosotros, no podremos demostrar nuestro potencial ni alcanzar nuestros sueños”, señaló Maya en una entrevista realizada en 2019 por el Embajador de Buena Voluntad de ACNUR Douglas Booth.
Y concluyó: “Quiero asegurarme de que la gente entienda que cada persona importa. Cada sueño importa. Y que es muy importante para nosotros poder pensar los unos en los otros y ser amables”.
El acceso a la educación y a la capacitación son solo algunas de las tantas oportunidades que, en el día a día, pueden ayudar a las mujeres y niñas refugiadas y desplazadas a construir su futuro, a empoderarse y a desarrollar herramientas que las ayuden a perseguir sus sueños y alcanzar los objetivos que se propongan.
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FUENTE: ACNUR.ORG