El reconocido futbolista, Mohamed Salah, ocupó un lugar central junto a la juventud refugiada en la primera Asamblea General de la ONU que se llevó a cabo el martes 22, al pedir que todos los niños y niñas del mundo, incluyendo a los refugiados, puedan acceder a una educación conectada y de calidad.
Salah, Embajador de la Fundación Vodafone y del programa Instant Network Schools (INS) de ACNUR, se asoció con estudiantes refugiados de las escuelas INS en Kenia, Tanzania y Sudán del Sur, para dirigirse a los líderes mundiales en la ‘Zona de acción de los ODS (objetivos de desarrollo sustentable)’. Su mensaje fue claro: “Debemos asegurarnos de que todos los jóvenes, incluidos los refugiados, reciban educación. Ahora es el momento de asegurarse de que los estudiantes refugiados no se queden atrás. Y con el COVID-19, la conectividad en materia de educación es extremadamente importante«, dijo.
Durante la pandemia de COVID-19, alrededor del 90% de los niños en edad escolar del mundo se han visto afectados por el cierre de escuelas, entre los que se incluyen unos 7 millones de refugiados. Adaptarse a las limitaciones impuestas por este escenario ha sido particularmente difícil para el 85% de los refugiados del mundo que viven en países en desarrollo o menos desarrollados.
Los teléfonos móviles, tablets, computadoras personales, el acceso a internet e incluso a una radio no suelen estar disponibles para las comunidades desplazadas. En este sentido, la Agencia de la ONU para los Refugiados predijo a principios de este mes que, a menos que la comunidad internacional tome medidas inmediatas y audaces para hacer frente a los efectos catastróficos del la COVID-19 en la educación de los refugiados, el potencial de millones de jóvenes refugiados que viven en algunas de las comunidades más vulnerables del mundo se verá más amenazado.
Salah fue contundente: “Las niñas y los niños refugiados han pasado por mucho, pero siguen siendo increíblemente fuertes. Tienen muchos sueños y esperanzas, como todos los niños. Escuché a cuatro estudiantes, Pacific, Luel, Salama y Fatna, que representan a millones de jóvenes que viven en campamentos de refugiados en África. Estos cuatro jóvenes me han inspirado y me han dado esperanza. Han compartido sus sueños para el futuro y me han contado lo que significa la educación para ellos. Tener acceso a la tecnología e Internet transformó sus aulas y quiero asegurarme de que otros niños en los campamentos de refugiados y las comunidades tengan las mismas oportunidades. Especialmente ahora que nos enfrentamos a la COVID-19, la educación lo es todo para los niños refugiados y no deben quedarse fuera”.
Salah recibió un mensaje de Fatna, una refugiada de 20 años que asiste a una escuela que recibe el apoyo del INS en Sudán del Sur. Ella le contaba: “Comencé la escuela en 2008. Solíamos escribir en el suelo. Recuerdo el primer día que me conecté a Internet y cada día aprendo cosas nuevas de las TIC. Me ha ayudado a obtener información muy nueva, que antes no conocía. La educación es la clave del éxito y del futuro. La educación es la clave de la vida: a través de ella puedes lograr muchas cualidades y ser una buena persona en el futuro”, compartió la estudiante.
La conectividad como clave en la educación de las niñas y niños refugiados
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, al presentar a Salah en la sesión de la Zona de Acción ODS de la Asamblea General de las Naciones Unidas mencionó: “La educación es un salvavidas para todos los niños, y especialmente para aquellos que se han visto obligados a huir de la violencia y la persecución. Les brinda esperanza, oportunidades y las herramientas para aprovechar al máximo su potencial”. Y agregó: “Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 hace que recibir una educación sea aún más difícil, especialmente para los niños refugiados que ya tenían el doble de probabilidades de no asistir a la escuela que los niños no refugiados. Nuestra cooperación en el programa Instant Network Schools, promovido por Mo Salah, amplía la oportunidad de equipar a los niños refugiados con las habilidades y el conocimiento que necesitan para vivir una vida mejor y más digna»..
En este complejo contexto, ACNUR, los gobiernos y los socios están trabajando para acortar la brecha crítica y garantizar la continuidad de la educación de los refugiados durante la pandemia actual a través del aprendizaje conectado, la televisión y la radio, y apoyando a los maestros y cuidadores para que interactúen con los estudiantes teniendo en cuenta las pautas de salud.
«La educación es un salvavidas para todos los niños, y especialmente para aquellos que se han visto obligados a huir de la violencia y la persecución. Les brinda esperanza, oportunidades y las herramientas para aprovechar al máximo su potencial», expresó Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Pero, sin un mayor apoyo a la educación, los avances constantes y duramente conseguidos en la matrícula en la escuela, la universidad y la educación técnica y profesional de refugiados corre el riesgo de revertirse, en algunos casos de forma permanente, poniendo en peligro los esfuerzos para lograr el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de garantizar la inclusión y educación equitativa de calidad para todos.
El Programa Escolar de Red Instantánea se estableció en 2013 como una asociación entre la Fundación Vodafone y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, para brindar educación de calidad a los estudiantes refugiados y del país de acogida. El programa transforma un aula existente en un centro de aprendizaje en línea, con conectividad a Internet, energía solar sostenible y un sólido programa de formación de profesores.
Actualmente hay 36 escuelas de red instantánea que operan en ocho campamentos de refugiados en Kenia, Tanzania, República Democrática del Congo y Sudán del Sur. La Fundación Vodafone y el ACNUR están ampliando el programa para beneficiar a 500.000 alumnos y 10.000 profesores. Para 2025, se abrirán 255 nuevas escuelas instantáneas en red, incluidas 20 escuelas previstas para este año en el país de origen de Mo Salah, Egipto, y en Mozambique.
La educación genera oportunidades y garantiza una mejor calidad de vida. Desde ACNUR se trabaja fuertemente para poder seguir brindando protección y asistencia a millones de personas desplazadas alrededor del mundo.